El Proyecto de Ley que establece la “Ley General de Educación” (LEGE) en reemplazo de la LOCE, que en el mes de abril envió al parlamento el gobierno de Michelle Bachelet, viene a demostrar una vez mas el carácter neoliberal de la actual administración. Nada de fondo ha cambiado, todo lo contrario, bajo un nuevo lenguaje y forma se da continuidad a una añeja y mal oliente educación de mercado, que en la práctica es una nueva burla y bofetada en pleno rostro a los cientos de miles de estudiantes que nos movilizamos el 2006.
El Gobierno dice que “el presente proyecto forma parte de un programa de reforma educacional que responde a las exigencias que la sociedad, las familias y que los jóvenes están haciendo al sistema educativo”, siendo que a todas luces sólo responde a los intereses de la economía de mercado y los sagrados mandamientos del Sistema Financiero el Banco Mundial, pues como la propia Bachelet deslizó, no se trataba de una ley orgánica que pretendiera modificar las bases estructurales sobre la que se ha sostenido por años la LOCE, el presente organigrama constitucional que reduce al Estado a un mero habilitador de instrumentos para que sean los privados los que lucren con la Educación, lo que en definitiva favorece la “libertad de enseñanza” o mas bien el siguiente párrafo de la propia ley refleja mejor el carácter de ella “... el derecho a abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales...”, que en pocas palabras no es más que mercado y más mercado, un contrasentido si pretende terminar con el “lucro en la educación” y hasta cambiar el concepto de Enseñanza por el de Educación como aseveró Bachelet.
Acostumbrados al engaño fácil, pretenden hacernos creer otra vez que solo estableciendo controles y reglamentos impedirán lo imposible: el enriquecimiento de los mercaderes de los templos del saber (“esta Ley General de Educación establece requisitos más exigentes que los actuales para incorporarse como sostenedor al sistema educativo y mantenerse en él”). Su argumento: “El proyecto se entronca con esa tradición republicana concibiendo a los sostenedores como cooperadores de la función pública y, por ende, alejadas de toda pretensión de lucro”. ¡Que falsedad!, ahora los sostenedores son “cooperadores” y “republicanos” ¡que cara dura..!
El proyecto está colmado de demagogia, letra muerta e intencionalidades sin futuro. Demagógico es el criterio de selección de alumnos, porque en la práctica jamás lo podrán aplicar; demagógico es decir que se fomentará el crecimiento de espacios de organización como los Centros de Alumnos, Federaciones, centros de Padres y Apoderados, etc., cuando a parte de no considerar su opinión hasta que se movilizan por sus derechos, no se les da ninguna posibilidad de tener incidencia en los contenidos de la educación ni control sobre los recursos que el Estado entrega a los sostenedores; como también es demagogia, pretender “disponer de un proyecto de desarrollo institucional” en cada establecimiento, cuando de nada sirven los proyectos institucionales cuando estos están subordinado a la ley de a oferta y la demanda. Los proyectos institucionales deben estar relacionados con un Proyecto Patriótico de Desarrollo que de coherencia a la educación impartida, de lo cual concluimos los estudiantes que la lucha por una educación de calidad y gratuita está relacionada íntimamente con el país que queremos.
Respecto al “Consejo Nacional de Educación”, que decir, hábilmente casi todos sus miembros son designados por el gobierno, además ni siquiera se considera la participación de los estudiantes secundarios, sino sólo de un estudiante de la educación superior, subordinado a una serie de requisitos que deja a un minoritario sector con posibilidades de ser parte de dicho consejo: “Un representante estudiantil perteneciente a una institución de educación superior autónoma y acreditada. Dicho estudiante, deberá tener aprobados al menos tres años o seis semestres, en su caso, ...y encontrarse dentro del 5% de los alumnos de mejor rendimiento de su generación. El representante de los estudiantes será elegido por los Presidentes de las Federaciones de Estudiantes formalmente constituidas, en reunión convocada por el Jefe de la División de Educación Superior del Ministerio de Educación”. Y lo que es peor, la propuesta no considera la participación real de los movimientos sociales involucrados en la educación en igualdad de condiciones, dando preferencia a sostenedores, administradores de turno y politiqueros locales o centrales del aparato de poder.
Los estudiantes queremos hacer saber tanto a la Derecha, la Concertación como a los sectores “progresistas” neoliberales de izquierda, que no nos conformaremos con simples modificaciones al mercantilismo en la educación, sino que lucharemos por el término del sistema de sostenedores y toda su estructura orgánica y política como apéndice del Estado, poniendo fin al lucro de verdad, al mercantilismo en la enseñanza, a la especulación a costa del vulnerado derecho a la educación. La escuela, el Liceo, la Universidad no deben seguir siendo fábricas generadoras de capital y dinero para el bolsillo de un empresario, sino espacios donde se despliegue el talento de millones de jóvenes en función de la construcción de un Chile para su pueblo.
Finalmente declaramos, nuestro más rotundo rechazo al Proyecto de Ley que establece la“Ley General de Educación”, y llamamos a todos los estudiantes a reiniciar las movilizaciones que nos han permitido hacer avanzar la organización e incidencia de nuestras reivindicaciones y demandas en la conciencia nacional, claro que esta vez unido con todos los sectores sociales y populares que buscan una transformación profunda y radical de la actual sistema.
¡ Luchamos contra la educación de mercado, Luchando contra las causas que la engendran: el neoliberalismo!